Misioneros de Esperanza

"Sean la sal y la luz del mundo..." Mateo 5; 13-16

Misioneros de Esperanza

Llevamos asistencia humanitaria y social a más de 6,000 familias, quienes viven en pobreza en 54 aldeas en la montaña del Merendón en Honduras.

Conviértase en socio de esta experiencia que cambia vidas.

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QUE HACEMOS

Nuestro trabajo misionero se enfoca en el desarrollo integral de las familias y sus comunidades

Llevamos esperanza. Reforzando las habilidades sociales y de aprendizaje en los niños. Orientando las familias a través de la oración y el conocimiento hacia La Palabra de Dios, evitando la migración y el debilitamiento del núcleo familiar. Y fortaleciendo las relaciones dentro de la comunidad, capacitando líderes, estableciendo proyectos y asistiendo en sus necesidades básicas.

APRENDE

Queremos educar a los niños para que se conviertan en seres humanos inteligentes y compasivos. Que aprendan nuevas habilidades para sustentarse simultáneamente a sí mismos, a sus comunidades y a su entorno ambiental.

Brigadas Médicas

Queremos que las personas con falta de acceso a recursos y necesidades básicas tengan la oportunidad de recibir asistencia médica gratuita en sus comunidades.

Misiones

Queremos iluminar los hogares con la predicación de La Palabra de Dios, ayudar a las familias a tener al Señor Jesús como columna central en sus vidas.

Donaciones

Queremos entregar donaciones de artículos de primera necesidad, como alimentos, ropa, juguetes y medicinas, entre otras cosas; para entregar a cada familia necesitada.

Mochilas y Útiles Escolares

Durante años, una de nuestras principales metas es proporcionar 1,000 mochilas con útiles escolares a 1,000 estudiantes pobres en la montaña del Merendón. Queremos que los niños vivan la experiencia de la escuela en mejor forma.

Día del Niño

La felicidad de un niño no tiene comparación. Celebramos un día entero con pasteles, piñatas, regalos, comida y diversión con esos niños que, por razones de la vida, se dedican a trabajar en el campo como si fuesen adultos, dándole la espalda a su propia infancia, olvidándose qué ser niño es divertido.